Los equipos de desinfección ultravioleta canalizan el agua a través de lámparas que emiten altas dosis de rayos UV en el rango de 200-280 nm para destruir bacterias, amebas y virus, sin alterar el sabor, olor y color del agua. La lámpara se compone de una cámara de reacción de acero inoxidable integrada con un tubo de cuarzo, foco ultravioleta especialmente desarrollado para actuar como germicida y una fuente de poder.

El uso de esta solución ha crecido en los últimos años ya que su proceso es meramente físico y libre de químicos.  La desinfección UV no elimina compuestos orgánicos disueltos, sin embargo, los procesos de oxidación UV se puede utilizar para destruir simultáneamente contaminantes químicos traza y con la desinfección de alto nivel se puede tratar toda el agua que se puede utilizar en una comunidad o población.